Maica Marín Molina (Madrid, España). Este CV lo quiero escribir yo —es intransferible—: nací un 8 de octubre de 1973 de una familia con otros dos hijos varones de 3 y 5 años. Mi padre no vivía con nosotros. Cuando mi madre entendió que yo “venía de camino” quiso deshacerse de esa nueva carga y —en este sentido— recibió consejos de diversas personas. Por aquel entonces, no era sencillo desprenderse de un hijo indefenso con una vida incipiente. Sus empeños no prosperaron, afortunadamente. Pensó en un plan B, ocultar el embarazo y tras dar a luz “deshacerse del paquetito”, que era yo. Una vez más la fortuna se presentó porque mi abuela paterna apareció de improviso y evitó la catástrofe. Durante cuatro meses, me dejaron con mi madre biológica, que fue incapaz de alimentarme y cuidarme. En un estado de desnutrición severo, la familia política de mi padre me ingresó en el “Hospital Niño Jesús” hasta que me recuperé: era un bebé en un estado lamentable. Durante ese tiempo aparecieron mis padres de “verdad”, mis padres adoptivos: los que me enseñaron que el amor lo cura todo. Crecí feliz, con grandes valores que me hacen ser la persona que soy. Tengo dos hijos, uno biológico y otro adoptado, a los que adoro. «El respeto a la vida es fundamento de cualquier otro derecho, incluido el derecho a la libertad. Comprendí que todo ser humano, desde su concepción, tiene derecho a nacer, es decir, a vivir su propia vida. Si se niega al niño nacer, con este atropello al elemental derecho a vivir, se descuartizan todos los demás derechos. Me afecta cualquier amenaza contra el hombre, contra la familia y la nación. Amenazas que tienen siempre su origen en nuestra debilidad, en la forma superficial de considerar la vida, en la frivolidad al atender a las consecuencias del ejercicio de nuestra libertad«.
Miembro del Foro Libertad y Alternativa (L&A) en las Comisiones de Acción Social, Logística y Eventos.